Pese a que la
República Kirguisa nunca ha aceptado respetar los derechos humanos, es la primera vez que se producen protestas de esta magnitud desde que se disolvió la Unión Soviética en 1991, sin contar la Revolución de los Tulipanes que llevo al poder al actual presidente Kurmanbek Bakiyev. No, no fue la represión, sino la recesión económica lo que ha hecho estallar a los ciudadanos. Porque todos tenemos un límite, aunque este parezca remoto. A estas horas, la oposición ha tomado el poder, a base de kalshnikovs y explosivos, porque las escaramuzas urbanas son otro tipo de enfrentamiento distinto a la guerra, donde el ciudadano juega en casa.
Lo que empezó como una protesta multitudinaria, no tardó en convertirse en una
rebelión por y para los ciudadanos.

No tardó el pueblo en sacar sus armas de mayor
calibre
O tomar las
armas más poderosas de los antidisturbios caidos

La multitud se
organizaba y utilizaba estratégicamente su situación y sus recursos

Desayunad bien, defensores del régimen, porque esta noche cenaréis en el
infierno