domingo, 1 de noviembre de 2009

Evolución Urbana

Cuando llueve, para mi la ciudad son matices de gris envueltos en luces que intentan convencerme de lo que debo ser, que ropa debo vestir, y me recuerdan todo ese monton de mierda de que no soy. Todas esas luces se multiplican en los charcos. Agua. Por fin algo simple en este cañon de polvo y metal, presidido en esta bocacalle por el capitan Starbucks. Normalmente pasaria por aqui y esos sofas y ese olor me sugerirían un machiatto de 4,40 €, pero hoy la naturaleza esta de mi parte, los cristales estan empañados y en la calle solo huelo a periodico mojado. Paro ante el semaforo y veo decenas de luces rojas recluidas tras la linea blanca, mientras el vapor de sus tubos de escape escupen al cielo que continua llorando como si le hubieran metido una cebolla en el ojo.



La perfección es tan relativa como el bien y el mal. Mira la imperfección y el caos. No hay control, hay sensación de control, hay quien intenta controlarte, pero jamas hay un orden, ni un principio ni un final. Mira a la ciudad a los ojos, la ciudad nos escupe, nos mantiene enfadados, ansiosos por llegar a ser, en lugar de detenernos y decir: Yo soy.

Deja de ser perfecto.
Evolucionemos.

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